Entrada 1 - Willy

Son las siete y media de la tarde y el calor es insoportable. Llevo un buen rato tratando de preparar la entrevista que tengo que hacer esta noche al cantante de rock Ramón Salsamendi. El vértigo que proporciona echar un vistazo al papel en blanco bloquea mi mente y no me permite escribir con fluidez. Intento recordar alguna anécdota comprometida de su vida que me proporcione el jugo que demandan mis lectores, pero es un tipo que toca de pena y jamás me ha interesado su música ni su vida, ni siquiera durante mi juventud cuando todavía era considerado un ídolo. Trato de concentrarme, pero me resulta más divertido mirar a la tele apagada que hacer cualquier esfuerzo en preparar una entrevista a ese cretino. En ese preciso momento siento la llamada. Mi boca reseca es una señal inequívoca de que llevo más tiempo de la cuenta sin tomar un lingotazo.


Entrada 1 - Mel



He despertado, otra vez aquí. El mismo sitio, los mismos muebles y ese pegajoso calor que, junto a este hedor que me envuelve conforman la sinfonía perfecta de la más amarga de las resacas. Me cuesta recordar con exactitud cómo ocurrió. ¿Ella estuvo allí? Tuvo que estar, no habría tenido sentido mi presencia en ese antro de no ser así.

Consigo incorporarme con dificultad; me cuesta respirar. El tabaco es un fiel aliado en la soledad, pero amargo enemigo en la confusión. Compruebo mis mensajes. Algo sucedió, pero no consigo descifrar el enigma. Será mejor que me olvide por el momento, tengo mucho que hacer.